Viaje a Bratislava y Viena
Desde 258 €

Viaje a Bratislava y Viena

Multidestino
Creado: martes, 5 de noviembre de 2019 - Salida: viernes, 14 de febrero de 2020
Ref ID: 72334
precio por persona Desde
258 €
En base a 2 adultos
Creado: martes, 5 de noviembre de 2019 - Salida: viernes, 14 de febrero de 2020
Destinos: Bratislava, Viena

Descripción

Su día a día

14 feb
Transporte de Madrid a Bratislava
Salida
Ryanair
Ryanair Ryanair
13:05 - Madrid, Adolfo Suárez Madrid Barajas (MAD)
20:40 - Bratislava, M R Stefanik (BTS)
7h 35m 1 escala
FR
FR Ryanair - FR 5995
13:05 - Madrid, Adolfo Suárez Madrid Barajas (MAD)
14:40 - London, Stansted (STN)
Transporte:  FR5995
Clase de cabina: Economy
2h 50m - Escala en London, Stansted (STN)
FR
FR Ryanair - FR 2318
17:30 - London, Stansted (STN)
20:40 - Bratislava, M R Stefanik (BTS)
Transporte:  FR2318
Clase de cabina: Economy
14 feb
1. Bratislava
Estancia
Sobre el destino: A medio camino entre Oriente y Occidente, Bratislava se encuentra en una encrucijada, en la frontera de Austria y Hungría. Es una hermosa ciudad antigua, encantadora y cálida, y su tranquilidad contrasta con la vida ocupada y activa de sus habitantes. Rodeado de un paisaje pastoral de viñedos y castillos históricos, ocupando las dos orillas del río Danubio, Bratislava es un viaje en el tiempo. Bratislava tiene un casco antiguo medieval encantador, Stare Mesto, con calles pequeñas y estrechas, un castillo en la cima de una colina cerca del Danubio y muchos castillos e iglesias antiguas para explorar. El casco antiguo se compone de dos plazas, Hlavne namestie, Plaza de Armas y la Plaza Hviezdoslav, nombre del famoso poeta eslovaco. Los edificios comunistas que se extienden sin fin a lo largo del río recuerdan la pre-incorporación del país a la Unión Europea en el año 2004. Desde entonces, la ciudad ha dado el salto a la fama en cuanto al turismo cultural, y se ha convertido en un próspero centro de negocios. Los visitantes de Bratislava encontrarán una selección cada vez mayor de alojamiento de lujo y una gran cantidad de bares de moda y restaurantes, así como la oportunidad de visitar su gran oferta de museos, galerías y espacios de arte moderno. Y cuando uno ha tenido suficiente del ajetreo y bullicio de la ciudad, es fácil escaparse a las colinas boscosas que rodean la ciudad para disfrutar de un paseo o un picnic o incluso ir más allá y animarse a descubrir los muchos viñedos y castillos de la región.
Más info
17 feb
Transporte de Bratislava a Viena
FlixBus CZ s.r.o.
FlixBus CZ s.r.o. - FLIXCZ
11:25 - Bratislava, Bratislava (Einsteinova)
12:30 - Vienna, Vienna Central Station
1h 5m Directo
Clase de cabina: Economy
17 feb
2. Viena
Estancia
Sobre el destino: Viena es la capital y ciudad más grande de Austria, y su centro cultural, económico y político. En 2001, el centro de la ciudad fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aparte de ser considerada como la ciudad de la música debido a su legado musical , Viena también se dice que es " La Ciudad de los Sueños ", ya que fue el hogar de primera psicoanalista del mundo - Sigmund Freud . El centro histórico de Viena es rico en conjuntos arquitectónicos, incluyendo castillos y jardines barrocos, y la avenida de finales del siglo XIX, Ringstrasse llena de edificios magníficos, monumentos y parques.
Más info
20 feb
Transporte de Viena a Madrid
Vuelta
LAUDAMOTION GMBH
LAUDAMOTION GMBH LAUDAMOTION GMBH - OE306
15:55 - Vienna, Wien Schwechat (VIE)
19:00 - Madrid, Adolfo Suárez Madrid Barajas (MAD)
3h 5m Directo
Transporte:  OE306
Clase de cabina: Economy
1 Seguros
Seguro (Seguro Inclusión CDV) - Región (Solo continente) - Días (7)
Observaciones:

Viaje a Bratislava y Viena

 

La irrupción de las aerolíneas low-cost ha situado en el mapa a una ciudad hasta ahora poco visitada, pero que debería formar parte de cualquier circuito por Europa central: Bratislava, la vibrante capital de Eslovaquia. El aeropuerto de esta ciudad se ha consolidado como una de las puertas de entrada a Viena, situada a apenas 78 km, lo que representa una oportunidad única para los viajeros en busca de nuevas propuestas.

Si tú también te estás planteando disfrutar de unas vacaciones en Austria para explorar su capital, y tienes previsto aterrizar en Bratislava, ¿por qué no aprovechar esta circunstancia para descubrir este otro destino con un viaje a Bratislava y Viena a tu medida, y al mejor precio? Te aseguramos que valdrá la pena. ¿Preparado/a? 


Qué ver en Bratislava

 

Teniendo en cuenta que Checoslovaquia fue una realidad hasta los años noventa, es muy probable que Bratislava haya quedado eclipsada por el innegable magnetismo de Praga, capital de ese país hoy desaparecido y de la República Checa. Y aunque pocas urbes pueden hacerle sombra, no es menos cierto que Bratislava reúne todos los ingredientes para sorprender al turista.

La mayoría de los edificios históricos de Bratislava están situados en la ciudad vieja. Uno de sus edificios más llamativos es el Ayuntamiento de Bratislava, un complejo de tres edificios de los siglos XIV y XV que hoy da cabida al Museo de la Ciudad de Bratislava. Tampoco desmerece la puerta de San Miguel (Michalski Brána), la única de la época medieval que sigue en pie, y que se cuenta entre las construcciones más antiguas de la ciudad. También hay que prestar atención a la Biblioteca de la Universidad, de 1756 y utilizada por la Dieta (o Parlamento) de Hungría entre 1802 y 1848. 

Otro de los elementos distintivos del centro de Bratislava son sus palacios barrocos. Dos de los más bonitos son el Palacio Grassalkovich, erigido en torno a 1760 y residencia oficial del presidente eslovaco, así como el antiguo Palacio de Verano del Arzobispo, sede del actual Gobierno eslovaco. En 1805, los representantes de Napoleón y Francisco I de Austria firmaron aquí el Tratado de Presburgo —este era el antiguo nombre de Bratislava—, tras la victoria de las tropas napoleónicas en la batalla de Austerlitz. No obstante, algunas construcciones más modestas también tienen su importancia histórica. Sin ir más lejos, el compositor local Johann Nepomuk Hummel (1778-1837) nació en una casa del siglo XVIII del casco antiguo. ¡Que no falte este rincón en tu viaje a Bratislava y Viena!

Entre las principales iglesias de Bratislava, descuella la catedral de San Martín, construida en estilo gótico a finales del siglo XIII, y que sirvió como iglesia de coronación de los reyes húngaros entre 1563 y 1830. Otro edificio religioso de interés es la iglesia de los Franciscanos, que data del siglo XIII, y que es el más antiguo dentro de las construcciones cristianas de Bratislava. La iglesia de Santa Isabel (1909-1913), más conocida como la iglesia Azul debido al característico color de su fachada, es de factura modernista. Aunque está fuera del centro histórico de Bratislava, se encuentra a medio camino entre este y la estación de autobuses —más o menos, está a un cuarto de hora a pie de ambas—, por lo que es muy recomendable acercarse.

¿Te apetece disfrutar de una buena panorámica de Bratislava y de los Pequeños Cárpatos? Un magnífico mirador es el cementerio militar de Slavia, construido en 1960 en honor de los soldados del Ejército Rojo que cayeron durante la liberación de Bratislava, cuando esta se encontraba en manos de los alemanes.

Otro de los lugares que hay que ver en Bratislava, esta vez del siglo XX, es el Nový Most o Puente Nuevo, que cruza el Danubio y que alberga un mirador. También hay que prestar atención a la sede de la Radio Eslovaca, en forma de pirámide invertida, y a la Kamzík TV Tower, que cuenta con una plataforma de observación y un restaurante giratorio.

En cualquier caso, el icono de la ciudad por definición es el castillo de Bratislava, que se alza sobre una meseta de 85 m sobre el Danubio. El lugar, habitado desde la época prehistórica, fue la acrópolis de un pueblo celta y parte de un asentamiento romano y de otro eslavo, así como el centro político, militar y religioso de la Gran Moravia. Sin embargo, el primitivo castillo de piedra no fue construido hasta el siglo X, cuando la zona formaba parte del Reino de Hungría. En este castillo pasó Santa Isabel de Hungría su infancia y juventud. En 1420, fue convertido en una fortaleza gótica, y en 1562, en un castillo renacentista, que sería remodelado en 1649 en estilo barroco. Gracias a la reina María Teresa, se consolidó como una prestigiosa sede real. En 1811, el castillo fue arrasado por un incendio fortuito. En 1953 se inició su reconstrucción, que aún dura.

Aunque el castillo se puede visitar por dentro, sus pasillos y habitaciones están prácticamente vacíos. Eso sí: subiendo a la parte más alta, se despliegan unas vistas de impresión sobre la ciudad y el Danubio. Una vez allí, también te recomendamos pasear por sus pequeños, aunque atractivos, jardines.

Otra de las cosas que hay que hacer en Bratislava es buscar —¡y fotografiarse!— con algunas de las estatuas metálicas que salpican la ciudad. La más famosa recibe el nombre de Čumil, y es la única escultura del mundo que representa a un hombre saliendo de una alcantarilla. La encontrarás en la intersección entre Panska y Rybarska Bran. Ten un poco de paciencia, ya que segurametne tendrás que esperar tu turno para inmortalizar el momento.

Si quieres probar la cocina eslovaca típica a la hora del almuerzo o la cena, no dejes de pedirte unos halušky, una especie de ñoquis de harina y patata, con cremosa una salsa de queso de oveja, el más tradicional del país. Y si tu viaje a Bratislava y Viena coincide con los meses más fríos del año, opta por una kapustnica, una sopa de chucrut con salchicha. 


Qué ver en Viena

 

Desde la estación de autobuses de Bratislava, es muy fácil tomar un bus que te llevará a Viena en poco más de una hora. A partir de este momento, tendrás los días que desees a tu disposición para rendirte a la magia de esta otra preciosa ciudad a orillas del Danubio.

Uno de sus edificios más emblemáticos es la catedral de San Esteban o Stephansdom, un imponente edificio que destaca por los azulejos de su tejado y por conservar algunos elementos románicos. La seo está coronada por una imponente torre con forma de aguja de 137 m de alto, a la que los vieneses se refieren cariñosamente como Steffi. Cerca de allí, podrás ver el reflejo de la catedral en la reluciente fachada de la Haas-House (1990), obra de Hans Hollein.

Otras iglesias interesantes de Viena son la iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche) y la iglesia de San Pedro (Peterskirche), ambas barrocas. Tampoco podemos pasar por alto la iglesia Votiva (Votivkirche), de estilo neogótico, cuyo interior da cabida al altar de la Virgen de Guadalupe más grande fuera de México, ni la iglesia de los Capuchinos (Kapuzinerkirche), donde se conserva el corazón de los miembros de la casa imperial de los Habsburgo. Ahora bien: si lo que quieres es visitar el punto donde están enterrados, deberás dirigirte a la Cripta Imperial de Viena (Kaisergruft). Nuestra recomendación es que te acerques también a la iglesia de los Agustinos (Augustinerkirche), donde se halla el monumento funerario de María Cristina de Austria

Entre los edificios que hay que ver en Viena, y en el apartado de arquitectura civil, cabe referirse al Ayuntamiento de Viena o Rathaus, otro ejemplo notable de arquitectura neogótica. Igual de llamativo resulta el edificio del Parlamento de Austria, neoclásico y ubicado en la Ringstrasse, una de las calles más elegantes de la ciudad. No menos aconsejable es visitar la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper), una de las óperas más prestigiosas del mundo, así como una de las principales instituciones culturales de la capital austríaca. Otra de las que goza de gran renombre es la Wiener Musikverein, la sala de conciertos vienesa más prestigiosa.

De todos modos, si por algo destaca Viena es por sus palacios. Entre los más relevantes, se cuentan el Palacio de Schönbrunn (‘bella fuente’ en alemán), que sirvió de residencia estival para los Habsburgo; el Palacio Belvedere, donde se expone la archiconocida de El beso de Gustav Klimt, y el Palacio Imperial de Hofburg. Allí se encuentra la cámara del tesoro imperial, donde se conservan piezas excepcionales de la orfebrería y las artes suntuarias medievales, de una gran significación histórica. Otros museos vinculados a Hofburg son el Albertina, cuyo interior acoge una importantísima colección de grabados y dibujos, incluyendo la famosa Liebre de Alberto Durero, y el Museo Sissi, dedicado a la vida de la famosa emperatriz de origen bávaro.

Por otro lado, no hay que perder de vista el peso de la arquitectura modernista en Viena, un estilo que en la capital austríaca se conoce como Secesión. Las casas del arquitecto Otto Wagner, en la calle de Linke Wienzeile, 38 y 40, llamadas Majolikahaus y Musenhaus; los pabellones de la estación de Karlsplatz, del mismo Wagner, y el Pabellón de la Secesión, obra de Joseph Maria Olbrich, decorado con frisos de Gustav Klimt, son otros ejemplos reseñables. En la Michaelerplatz, contrastando con la arquitectura barroca del palacio de Hofburg, destaca la casa proyectada por el arquitecto Adolf Loos. Otras obras importantes de Otto Wagner en Viena son la sede de la Caja Postal de Ahorros (Postsparkasse) y la iglesia de Steinhof.

En Viena, también se pueden visitar las casas en las que vivieron Beethoven y Mozart. La de este último, conocida como Figarohaus, fue la residencia del irrepetible músico austríaco durante tres años. Fue aquí donde compuso Las bodas de Fígaro. También se han acondicionado como museo las casas de otros músicos, como Haydn, Schubert y Strauss, así como la residencia de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.

A esta lista de edificios y monumentos de Viena de interés, se suma la colorida Hundertwasserhaus, que muestra la arquitectura vanguardista del arquitecto y artista austríaco Friedensreich Hundertwasser, en el que se aprecia una clara influencia de Gaudí. No lejos de allí, abre sus puertas Prater, uno de los parques de atracciones más antiguos de Europa. Desde su noria gigante, se contemplan unas vistas únicas de la ciudad.

En cuanto a los museos de Viena, resulta obligado referirse al Museumsquartier o barrio de los Museos, en las antiguas caballerizas del palacio de Hofburg. Aquí encontrarás tres museos de arte moderno con lo mejor de la pintura de Gustav Klimt y Oskar Kokoschka. De visita obligada resultan el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural, donde se conserva la Venus de Willendorf. Ambos se hallan situados uno en frente del otro. Y si quieres aprovechar aún más tu viaje a Viena y Bratislava, dedica un tiempo a la Galería de la Academia de Bellas Artes.

A la hora de comer, pasea por las calles de Kärntner y Graben, repletas de agradables cafés y restaurantes. Uno de sus locales más afamados es el Hotel Sacher, del que surgió la suculenta tarta de chocolate y rellena de mermelada que hoy triunfa en todo el mundo, a la que da nombre. Degustar esta delicia de la repostería austríaca, así como el jugoso escalope vienés o Schnitzel, será el colofón perfecto para este circuito combinado por Europa central.

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